Doble cazada. El repartidor de Amazon me pilla y me masturbo con él. Mi amigo el manitas me arregla lo de abajo… Soy Alana, ¡¡¡esto no lo superais!!!


Actrices: Alana Saenz. Holaaaaaaaa FAKings!!!!! ¿Qué tal estaisssss? Soy Alana, Alana Saenz, y he venido a enviaros mi primera cámara oculta. Estoy un poco nerviosa porque yo nunca había pensado en hacer porno hasta hace poquito, pero me he decidido a dar el paso porque follar siempre me ha gustado porque quiero por fin pasar del imbécil de mi novio… Es que hacía ya meses que el tío no me toca, ni se me acerca, y encima se encerraba en la habitación a ver series. O eso es lo que creía que hacía, porque un día le sorprendí, y lo que estaba viendo eran las cámaras ocultas de FAKings. El no me descubrió, así que me dije que le iba a enseñar una buena lección: ¡Iba a aparecer yo en esas cámaras poniéndole los cuernos! preparé unas cámaras por casa, llamé al vecino con la excusa de que algo no funciona en mi fregadero, para aprovechar para que me arreglara las “cañerías”… Era algo sencillo, pero no esperaba la sorpresa que tuve, cuando llaman y, en vez de mi vecinito, ¡Apareció el repartidor de Amazon! Pues qué queréis que os diga, la situación me puso tan cachonda que no pude hacer otra cosa que masturbarme mientras el repartidor estaba al lado esperándome… ¡Es que todavía me mojo completamente de pensarlo! Cuando ya por fin fui a recoger el paquete, lo hice sin bragas , para terminar de alegrarle el día al hombre… Os podéis imaginar cómo, cuando por fin llega mi vecino, yo estoy tan cachonda que poco me falta para saltarle a la polla. El pobre (encima le ha dejado la novia hace nada) me ve aparecer en bragas y claro, piensa más en mí que en mi fregadero, ¡No se lo puede creer! Pero tranquilos, que no tarda en creérselo y yo en saltar a su polla. Al final se nos acabaron los sitios en los que follar: en el suelo, en la encimera, en la silla… Nos quedamos bien a gusto, y terminó la venganza sobre mi novio. Os lo envío, y tapadle por favor la cara al chico, que no tiene culpa de nada, y ahora veréis con qué cara se queda el cabrón de mi novio cuando me vea en las cámaras ocultas. ¿Qué se siente, cari?